Relatando situaciones de desesperación por conseguir fumar, casi todos los pacientes de un grupo tienen en su anecdotario situaciones vergonzosas:
-Salir a la calle lloviendo torrencialmente y a las doce de la noche para no quedarse sin cigarrillos.
– Fumar en el baño de un aeropuerto internacional, dos o tres pitadas intensas y antes de que suene la alarma salir.
– Indignarse cuando alguna persona cercana les pide que dejen, preocupado por su salud.
– Fumar en el auto con los niños atrás, y , ante la protesta de ellos por el humo gritarles que bajen la ventanilla.
Cuando estas personas cuentan estas anécdotas,agregan comentarios de autorreproche y desvalorización.
“soy un loco”. “ parezco un estúpido”. “ una total irresponsabilidad “
No pudiendo creer que estas conductas provengan quizás de personas muy correctas en todos los aspectos de su vida.
Es por eso que les explicamos que es la gran adicción a la nicotina, física y psicológica, la que produce estas conductas.
La persona adicta libra una permanente batalla entre lo razonable y la demanda de droga. Esta es tan imperiosa que maneja toda la rutina diaria de la persona que la padece.