La mayoría de los fumadores, antes de dejar de serlo definitivamente, atraviesan un sinfín de experiencias frustrantes, que muchas veces los alejan del objetivo.

Es por esto que es importante tener en cuenta cuáles son algunas de estas medidas, que al contrario de lo que se piensa, NO son aconsejables:

-Ir disminuyendo de a poco (ilusión de control).
El componente fisiológico de la adicción a la nicotina, está regulado por el sistema nervioso, que demanda todos los días la misma dosis. Si una persona que fuma 20 cigarrillos, haciendo un esfuerzo enorme logra fumar 10, padecerá síntomas de abstinencia SIMILARES a haberlo dejado completamente.

-Fumar habanitos o habanos.
Con la idea de que no se aspira el humo se piensa que es más «sano». El habano contiene tabaco puro, produce más monóxido de carbono y la nicotina se absorbe también por la mucosa de la boca.

– La búsqueda de la “solución mágica “.
No existen soluciones mágicas para la recuperación de una adicción.

-Dejar en solitario.
Sin información, ni ayuda,ni acompañamiento y sin apoyo de medicamentos.
La situación estresante que significa librarse del tabaco de esta forma, puede ser peligrosa para algunas personas que, por su edad y años de fumar, no se encuentran sanos.

– Creer que 3 o 5 cigarrillos “no hacen nada”.
Error! No hay ninguna dosis de cigarrillos que sea inocua, ni persona que haya padecido tabaquismo, que pueda mantener esa cantidad.

– Fumar e-cigarette (cigarrillos electrónicos).
No son inocuos, contienen nicotina y es una forma de inicio de la adicción para los más jóvenes, que lo encuentran como algo “cool”, y luego los lleva a fumar.
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