El olor te persigue
“A veces no voy a determinadas reuniones sociales por el cigarrillo. Cuando me entero de que la mayoría no fuma, no voy porque sé que voy a estar incómodo. Me siento observado, en falta. No sé dónde ponerme.”
Te sentís en una encrucijada de la cual te resulta difícil escapar. Te encontras tironeado entre las ganas de fumar y la sensación de que molestas a otros. Te la pasas alejando el humo como quien espanta a un fantasma o estiras tu brazo para apartar el cigarrillo de la mesa cuando estas con tu familia o amigos no fumadores.
Caminas y te arrojas el humo a tus ojos para no molestar a los demás.
Sentís vergüenza por que estas en un lugar que no se puede fumar y te miran con desdén.