Dejar de fumar significa mucho más en la vida de las personas que no prender y fumar los cigarrillos.
Mientras fumábamos, 20, 30 o más años de nuestra vida, lo hacíamos durante todo el día, todos los días.
Desde que nos levantábamos hasta irnos a dormir.
Eso significa que cada tantos minutos u horas, recurríamos a fumar para: calmar la ansiedad, el enojo, la frustración…
Al dejar de hacerlo, debemos aprender a utilizar otros recursos para afrontar los acontecimientos de la vida cotidiana. Nuestros propios recursos, que están ahí.
Como podrán imaginar, esto es en sí mismo, un CAMBIO.
Si algo no nos gusta o no lo queremos, lo decimos, lo expresamos.
Lo que antes callábamos (nos fumábamos), ahora lo planteamos y, seguramente, lo resolvemos mucho más sanamente.
Igualmente tengamos en cuenta que este cambio no es sólo para lo negativo. También vamos a sentir y expresar más fluidamente, las emociones positivas: el amor, la felicidad, la libertad.
Por todo esto es que decimos que dejar de fumar es un CAMBIO DE VIDA ESENCIAL.
Un verdadero cambio de IDENTIDAD.